Leve reducción de los muertos en el tránsito: ¿azar o tendencia sustentable?

A pesar de las deficiencias en los datos estadísticos sobre mortalidad en el tránsito, tanto las cifras provisorias de nuestra asociación como las oficiales del año 2009 coinciden en que existe una leve disminución en la cantidad de muertos con respecto al año 2008, de alrededor de un 4%. No es poco: significan 320 vidas menos malogradas en el tránsito; 320 familias que no están padeciendo los dolores de la pérdida de un ser querido; costosas camas de hospital que no fueron ocupadas y millones de pesos en gastos diversos que se han evitado. Es una buena noticia, de las que no abundan. Pero la pregunta es si esta disminución es coyuntural y fruto de algunas variables aleatorias, no planificadas, o al contrario, marca un punto de inflexión y el comienzo de una tendencia sustentable de aumento de la seguridad vial .
En los últimos años los accidentes de tránsito y su prevención pasaron a ser uno de los principales temas en casi todos los medios de comunicación y preocupación de gran parte de la población. A las campañas de concientización de esta asociación se le sumaron otras. En el ámbito estatal la ley 26363 creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, ente coordinador e impulsor de las acciones inherentes a la problemática.
Las primeras acciones de esta entidad, en especial el impulso y acompañamiento a controles de alcoholemia, velocidad, uso de cascos y cinturones de seguridad encaran los 4 temas claves de la seguridad vial. La decisión de incrementar controles, impulsar una licencia para conducir unificada y el scoring o licencia por puntos y su difusión intensa en los medios de comunicación - en la medida que se concreten en la realidad- pueden explicar parte de la reducción de la siniestralidad.
En algunas ciudades que se comprometieron en estas acciones se comenzaron a usar más los cinturones y cascos, y disminuyó levemente el exceso de velocidad y los conductores alcoholizados. Controles puntuales sostenidos, como los habidos en las rutas hacia las playas, han mostrado rápidos frutos.
Pero estos cambios que se vislumbran pueden ser transitorios. La experiencia del mundo corrobora que no habrá seguridad vial sin un sistema permanente de controles eficaces y sanciones efectivas. Que estos cambios incipientes se sostengan, dependerá de que las medidas anunciadas se concreten en forma generalizada, se profundicen y se mantengan en el tiempo, sin descuidar acciones pendientes en infraestructura y educación así como problemas nuevos como el uso de celulares al volante o el aumento espeluznante de las muertes en motos y ciclomotores.
Sólo así podremos ver en unos años que la leve baja de los muertos que hoy esbozan las cifras fue el inicio de una tendencia sustentable hacia un tránsito más ordenado y seguro, con menos costos en vidas, sufrimiento y dinero.