Estacionar junto a la ciclovía puede ser una solución, no un problema

El estacionamiento indebido es un problema grave en nuestra ciudad. Puede ser causa de siniestros en algunos casos, además de generar interrupciones y molestias en el tránsito.

Es cierto que faltan sitios para estacionar en la ciudad de Buenos Aires, frente al siempre creciente parque automotor. Que no se construyen nuevos estacionamientos desde hace décadas y que, aunque el artículo 1º, inciso C de la ley Nº 3530, del año 2010, permite estacionar “de la mano izquierda en las calles de la red terciaria, de sentido único con más de 8 metros de ancho, donde no hay circulación de transporte público”, la mayoría de ellas no están señalizadas con cartel por lo cual, en los hechos, no se encontraría vigente el permiso. Por supuesto, eso no habilita a estacionar en cualquier parte.

 Sin embargo, en los últimos tiempos, en la ciudad, algunas calles en su mano izquierda se han reservado para las ciclovías, lo que suscita que muchos vehículos estacionen junto a ellas. Una nota publicada por el diario La Nación del pasado 19 de agosto, ejemplifica el caso de la calle Moldes, en el barrio de Colegiales, en donde se labran hasta 700 multas todas las semanas que generan una recaudación de $60000 semanales por vehículos estacionados así.

En muchas ciudades del mundo, los espacios junto a las ciclovías están marcados para estacionar, aún en las que tienen el estacionamiento permitido del lado derecho. Este sistema se asegura que quede espacio de al menos un carril para la circulación vehicular. Además de ampliar los estacionamientos, este sistema beneficia a los ciclistas al constituirse, los vehículos que allí estacionan, en barrera física que separa a estos de los vehículos circulantes.

En el caso que las ciclovías se encuentren en vías suficientemente anchas, lo que debería ser mayoritario, estacionar junto a ellas debería ser promovido en lugar de prohibido y penado.

Una de las calles de Barcelona con estacionamiento permitido junto a la ciclovía