Controlar y sancionar son los ejes de la solución

Según los guarismos de Luchemos por la Vida, desde 2009 hasta la fecha, los muertos en el tránsito disminuyeron un 8%. Es una muy buena noticia, ya que significa 650 vidas preservadas, mucho dolor y pérdidas humanas y materiales evitadas. Es una alentadora noticia que las autoridades nacionales, aunque con diferentes cifras, también lo confirman.

Sin lugar a dudas, la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, para coordinar e impulsar la política de Estado de la seguridad vial, tiene mucho que ver con este logro, ya que instrumentó diversas medidas concretas en la dirección correcta. La más importante, en lo inmediato, ha sido procurar una mayor y más responsable fiscalización del cumplimiento de la ley en calles y rutas; en otras palabras, promovió el control de los temas clave para la disminución de la siniestralidad: controles del exceso de velocidad, de alcoholemia, del uso del cinturón de seguridad y de cascos que se desplegaron en muchas rutas nacionales y provinciales con el apoyo de la agencia.

En todos los países desarrollados, estas medidas, tomadas seriamente, e instrumentadas sin interrupciones, con controles presenciales y uso de radares y otros elementos electrónicos, dan resultados muy positivos.

En nuestro país, a pesar de que su puesta en marcha no está generalizada y el sistema de sanciones recién comienza a organizarse sobre una base de datos centralizada, que facilitará también el scoring o sistema de puntos, también darán frutos. La promoción de la licencia nacional de conducir, a otorgarse previa a una seria formación de los conductores, y el tratamiento legislativo que lleve a la incorporación de los delitos contra la seguridad vial ayudarán a forjar un futuro alentador en este campo.

Es de esperar que estos cambios fundamentales y otros que han comenzado a forjarse en estos últimos años se profundicen y sostengan en el tiempo, y sean apoyados por las autoridades provinciales y municipales de todo el país.

Será positivo entonces que todos estos cambios sean acompañados por las debidas acciones en infraestructura y educación vial de las que en la actualidad carecemos, para hacer realidad en la Argentina un sistema de tránsito ordenado, seguro y eficaz, para que la todavía inaceptable elevada cantidad de víctimas en el tránsito disminuya en poco tiempo sustancialmente, por la vida de todos.

 

Dr. Alberto Silveira

Presidente

Luchemos por la Vida

 

Para ver la nota completa en La Nación del 20-11-11:

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la-solucion

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