revista "luchemos por la vida" - Año 6 - Nº 15

Las campañas españolas para la Seguridad Vial:
Del simbolismo a la cruda realidad


El beneficio secundario de los congestionamientos de tránsito

Desde los años 60 la Dirección General de Tráfico organizó campañas de concientización, utilizando una variedad de estrategias publicitarias de apoyo, como afiches, publicidades televisivas, fósforos, tarjetas postales, llaveros y a veces hasta globos. Esas campañas evolucionaron al mismo tiempo que la sociedad española.

Actualmente, son cada vez más intensas. Uno puede preguntarse por qué son llevadas a cabo, y si son realmente necesarias y eficaces.

La respuesta es clara. Todas las sociedades demandan por la seguridad vial y la reducción de accidentes de tránsito y sus consecuencias, en la medida en que el nivel de vida y de información crecen. Esto explica por qué todos los organismos nacionales y autónomos responsables por algún componente del tránsito (el factor humano, el vehículo y la carretera) llevan a cabo acciones concretas aspirando a aumentar el nivel de seguridad en la ruta.

Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT), trata de mantener a los ciudadanos informados sobre el tránsito.

En 1990-1991 la línea de comunicación fue fundamentalmente simbólica y mostró las trágicas consecuencias de un accidente. No obstante, los autores pensaron en esconder la crudeza de la realidad de esas consecuencias para evitar conmocionar al público. El slogan general era "La vida es el viaje más maravilloso".

En 1992 y 1993 la línea de comunicación cambió drásticamente. En 1992, mostramos cuál era la situación inmediatamente después del accidente y en 1993, mostramos los daños físicos y psíquicos que sufrieron las personas involucradas.Los slogans generales eran "La imprudencias se pagan" (1992) y "Al final, las imprudencias se pagan". Su índice de penetración fue muy alto y los métodos de comunicación contribuyeron a su éxito. La mitad de las personas entrevistadas establecieron una relación entre las situaciones de las publicidades y su propia manera de manejar, actitudes y riesgos en la calle. La campaña es considerada verosímil pero genera cierta repugnancia, debido a su crudeza y a la angustia que produce. Se observaron efectos cognitivos positivos, especialmente la aparición de una representación estructurada sobre cómo suceden los accidentes y cómo pueden ser evitados, centrado en 4 actitudes para la prevención de accidentes, las cuales son:

- no beber alcohol

- usar el cinturón de seguridad

- no exceder el límite de velocidad

- usar casco

En 1994, la línea de comunicación fue similar a la de los dos años previos, motivando y creando actitudes. Ni siquiera el energético eslogan fue cambiado "La imprudencia es... muy cara". La Dirección General de Tránsito quería crear una campaña que, lógicamente, fuera la continuación de las previas. La gente entrevistada pensó que esta campaña, donde las víctimas relatan sus experiencias, describe clara y eficientemente situaciones reales e impactantes. Puede inducir solidaridad a los ciudadanos y evocarles los peligros de la ruta.

En 1995 decidimos seguir adelante con las mismas líneas motivantes. Esta va a mostrar la aflicción social resultante de un accidente de tránsito fatal y las consecuencias familiares. Esta, esperamos, va a favorecer el repudio social.

El slogan es el resultado lógico de las anteriores. Realza la aflicción de "aquellos que quedan" e invita a pensar "Las imprudencias no sólo las pagas tú... piénsalo...". El índice de recuerdo en esta campaña disminuyó, pero permaneció alto. La temática que la gente recordaba más seguido era la de la "repercusión de la muerte en la familia".

Siguiendo la misma línea, la campaña de 1996 realza los sentimientos emocionales. Induce al espectador a identificarse con los personajes de las historias e insiste en las consecuencias de la imprudencia al conducir. El slogan era "La solución está en tus manos". Los resultados mostraron su más importante impacto en la gran mayoría de los conductores, especialmente en publicidades televisivas. Aunque debe decirse que una importante parte de las personas entrevistadas, que recuerdan espontáneamente la publicidad, describen temáticas comunes que pueden pertenecer a cualquiera de las campañas llevadas a cabo ese año o inclusive años anteriores.

Las actitudes hacia las campañas son muy positivas y es considerada como "eficaz para la prevención de accidentes", "muy realista" y "generadora de un importante impacto". Ahora, respecto a la influencia que este tipo de campaña tiene sobre los hábitos de conducción, entre los entrevistados, solo unos pocos admitieron que influenció en "cambios de actitudes personales al conducir".

En 1997, el slogan fue "La solución está también dentro de tu alcance". Esta campaña procura el rechazo social hacia quienes en la campaña de 1996 justificaban sus infracciones. Algunos inclusive se enorgullecían de sí mismos por cometer infracciones, argumentando que era "aceptado socialmente" y que "todos cometen infracciones". Como contrapartida, este año, las escenas positivas y realistas reflejan el necesario compromiso de toda la sociedad para reducir comportamientos negativos, adoptando actitudes de condena hacia los infractores.

Conclusiones Finales

Sin duda, el impacto más importante fue la transición de campañas simbólicas (años 89, 90 y 91) a las duras y sensibilizantes, de lo que realmente sucede en un accidente: sangre, desesperación, efectos físicos y psicológicos y repercusiones emotivas (92, 93).

Respecto al número de accidentes, debe ser subrayado que la reducción más importante ocurrió en 1992. Ahora, no sólo la campaña es responsable por este mejoramiento. Ciertamente, todos sabemos que el número de accidentes de un país depende de muchos factores, y precisamente, de la Ley sobre Tránsito, Automóviles y Seguridad en la Ruta, que entró en vigencia ese año.


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