revista "luchemos por la vida" - Año 6 - Nº 15

La tragedia de Rodrigo... y de muchos otros

¿El riesgo elegido?


¿Por qué Rodrigo, el joven carismático de las bailantas, conducía por una autopista en la madrugada, cansado, después de haber bebido alcohol, sin usar el cinturón de seguridad?

Mucha gente se lo pregunta, y esboza respuestas diversas y a veces antagónicas.
- "Porque se creía Dios, - dicen algunos, - venía de abajo y había llegado alto. Se sentía por encima de cualquier peligro"
- "Porque era un inconsciente - dicen otros, - impulsivo, vivía a mil"
- "Porque no le importaba morir - algunos afirman - tomaba mucho, no se cuidaba. En realidad, estaba presionado y no la estaba pasando tan bien -"

Llevaba a su pequeño hijo en el asiento delantero. ¿Tampoco le importaba?

Un poco psicólogos, otro poco gurúes, muchos de los que pueden ver a Rodrigo como un ser humano, dejando de lado el mito, hacen conjeturas y buscan explicaciones. Pero estas tragedias suceden, desgraciadamente, muy a menudo en la Argentina. Y No sólo les pasa a los famosos...

¿Por qué la mamá, que pasa a recoger a su pequeño hijo del jardín de infantes con el auto, lo lleva sentado "suelto" en el asiento delantero. ¿Acaso no quiere a su hijito?

¿Por qué esa otra mamá, cruza corriendo por mitad de la calle, esquivando colectivos y autos con sus dos pequeños, tomados de la mano, prácticamente arrastrados por su prisa?

¿Por qué un padre corre a 140 km/h por la ruta, rumbo a su casa de fin de semana, con toda la familia a bordo, esposa e hijos, y zigzaguea y se pega a los vehículos que van adelante? ¿Los odia y se odia?, ¿quiere destruirse?

¿Por qué el joven novio pasa a buscar a su novia con su moto y la lleva sin casco hasta el boliche?¿Acaso está tratando de sacársela de encima?

Muchas de estas situaciones, que se repiten por millones en nuestro país, terminan en tragedias. Pero sería simplificar el problema, querer encontrar una sola causa para estos comportamientos.

 Percibiendo el riesgo y sus beneficios

 En realidad, en la calle, así como en la casa o en el trabajo, las personas vivimos exponiéndonos a riesgos evitables. Sabemos que nos estamos arriesgando pero lo hacemos igual, porque creemos que el riesgo es ínfimo, y sentimos que tomar ese "pequeño riesgo" nos beneficia. La resultante de esta combinación entre una percepción del riesgo disminuída, es decir, que minimiza el riesgo objetivo, y la percepción del beneficio personal por la toma de este riesgo, genera un comportamiento riesgoso .

En lo concreto, la mamá escuchó el mensaje de Luchemos por la Vida, y "sabe" que los chicos van más seguros en el asiento de atrás con cinturón, pero su experiencia vivida le dice que ella nunca chocó y por ende "cree" que nunca lo hará, sus amigas llevan a sus hijos adelante también, lo que refuerza su creencia, (percepción del riesgo disminuida); colocar a su pequeño atrás, en su sillita, lleva tiempo, e implica soportar quejas y lloriqueos, por lo tanto es más fácil y rápido que vaya adelante (beneficio personal percibido). La posibilidad de ser detenida y que se le labre una infracción ( que implicaría un perjuicio potencial percibido) es inexistente, por lo que el resultado es un pequeño librado a su suerte en una frenada brusca o en caso de accidente. El mismo análisis, aunque los argumentos varíen, puede hacerse en los demás casos mencionados y en otros, como el de los que violan los semáforos rojos, circulan de contramano, no usan el casco, etc.

Las personas, en general, nos arriesgamos porque creemos que ese riesgo es "pequeño" en comparación con los "beneficios" que nos da tomarlo. Y los resultados son los altos índices de morbi-mortalidad que sufrimos.

 Una construcción personal y social

 El riesgo percibido, tal como lo expresa el psicólogo español Tomás Martínez Jiménez " es un constructo psicológico complejo en el cual, variables como la edad, el sexo, la zona de residencia, la experiencia del sujeto, la educación recibida, las actitudes de los padres, etc. Son factores moduladores del mismo", y según Gerald Wilde, creador de "La teoría de la homeostasis del riesgo", se deriva de tres fuentes: a) las experiencias pasadas en el tránsito por la persona, y su entorno, incluyendo en ello las experiencias de "cuasi" accidentes propias y ajenas , la exposición a reportes de accidentes y estadísticas en los medios de comunicación, etc., b) el cálculo de la persona del potencial de accidente de la situación inmediata, relacionado con las condiciones del camino, señalización, clima, etc. y c) el grado de confianza que la persona tenga en cuanto a sus habilidades para la toma de decisiones y control del vehículo para enfrentarse a la situación, (que implica la estimación de la propia capacidad)."

Comprender mejor estos procesos psicológicos en juego contribuye a orientar, adecuadamente, las tareas para logros efectivos en pro de la vida.

 

Lic. María Cristina Isoba



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