revista "luchemos por la vida" - Año 5 - Nº 12
Editorial


Comenzaron las clases, llevémoslos de la mano...

Hacia la vida. Retomamos en este editorial un tema que es preocupación recurrente de esta Asociación: la educación vial. Preocupación que debe ser adoptada por todos aquellos que tenemos alguna ingerencia en este tema, y aquí debo hacer hincapié en que somos muchos más de los que Uds. imaginan. Porque la Educación Vial le compete a todos los que de una u otra manera somos responsables de la vida de los niños y jóvenes de nuestro país. De esta manera quiero abarcar no solo a docentes y funcionarios, sino también a padres, abuelos, tíos, hermanos mayores, etc. Porque la educación vial debe comenzar cuando por primera vez con ellos en brazos o de la mano salimos a la Vía Pública e integramos con ellos el sistema de tránsito; ese sistema de tránsito caótico y demencial que es actualmente en nuestro país la primer causa de muerte en menores de 35 años.

Y comienzan las clases y siempre con ellos de la mano hacemos \ldblquote a nuestra manera\rdblquote educación vial : \ldblquote No te soltés \rdblquote , \ldblquote Hay que mirar bien y tener cuidado al cruzar\rdblquote , etc. etc. Pero: ¿Cómo cruzamos con ellos de la mano? ¿Lo hacemos por las esquinas, respetando los semáforos, o lo hacemos por cualquier lado, apurados, entre los vehículos? Y este es sólo un ejemplo. Hay muchos más.

Debemos tomar nosotros conciencia de que el tránsito lo hacemos entre todos y que si bien nuestra vida depende de lo que los otros hagan, también la vida de otros y la nuestra propia depende de nuestro comportamiento en la vía pública.

Por eso hablo de llevarlos de la mano hacia la vida, hacia la preservación de la vida. Porque en esto también como en todo aprendizaje es indispensable el ejemplo, para que aprendan a conducirse en el tránsito, para que más adelante, cuando llegue el momento de transitar solos, no estén expuestos a perder la vida, o la calidad de vida en una accidente de tránsito que puede y debe ser evitado. Que nos vean cruzar correctamente siempre, usar el cinturón de seguridad, que los llevemos en el asiento trasero debidamente sujetos y protegidos, que no nos vean conducir con una mano y tener en la otra un teléfono celular, o después de haber ingerido alcohol, que nos vean respetar carteles y señales, respetar la prioridad del peatón, en definitiva, cuidar nuestra vida y la de los demás.

Pero para ello, y esto lo hemos reiterado hasta el cansancio y lo seguiremos haciendo, debemos estar convencidos nosotros mismos de que la negra historia de nuestro país se puede cambiar y que todos y cada uno de nosotros somos responsables de ese cambio.

Llevémoslos de la mano hacia un tránsito más seguro donde lo más importante sea la preservación de la vida.


Alberto José Silveira
Presidente de Luchemos por la Vida


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